Momentos de ocio antes de que llegara la visita ruidosa
El arribo de la bestia


VMEG? Esta fue nuestra primer reacción. Luego pensamos en pincharle las gomas con un cortaplumas, pero nos rescatamos de que no llevábamos uno encima. Además, estábamos demasiado relajados como para ponernos violentos.)
Pasaron los minutos (ignoro cuántos, felizmente habíamos perdido la noción del tiempo) y decidimos retornar al hospedaje de Clarisa. Probablemente haya sido porque no teníamos más provisiones y estaba pintando bajonazo. Agarramos nuestros petates (?) y emprendimos la retirada, a paso lento. Luego de caminar unos metros, y ya sintiendo el cansancio de la subida entre las piedras, notamos que el camión venía detrás nuestro. El destino.
Ahí nomás Pit tuvo la brillante idea de pedirle al conductor que nos lleve, ya que ibamos para el mismo lugar y el regreso era en subida. Primero el hombre se negó por llevar carga peligrosa (unas infinidad de rocas grandotas), pero luego de que nuestra RRPP pronunciara las palabras mágicas, accedió. Ignoramos qué fue lo que dijo para convencerlo, pero suponemos que le ofreció un pete loco a cambio del viaje (promesa que obviamente no cumplió).
La caja del camión estaba muy alta, no tenía 'tapa', estaba repleta de piedras y oxido por doquier. Igual hicimos tripa corazón y subimos. Piecito, upa y diversos trucos (?) tuvimos que emplear para treparnos, carcajadas mediante.
Vamos de paseo pi pi piiii
(rodilla de Pit, que se incrustó en el camión en un intento frustrado por subir)
Pintaba heavy el viaje en esas condiciones, sobre todo teniendo en cuenta el angosto camino, las subidas constantes y el amague del desmoronamiento de piedras. Pero por suerte no fue tan malo como pensábamos. De hecho, más allá de unas rocas clavadas en el upite, tierra por todos lados y algunas ramas que amenazaban con sacarnos un ojo, fue una travesía feliz.
Un fragmento del viaje: